Lapis Specularis, el «cristal» del imperio romano

Los recursos minerales han supuesto desde la antigüedad una parte esencial de crecimiento y desarrollo de las distintas sociedades, debido a su utilización con distintos fines: estructurales, artísticos, defensivos y medicinales entre otros. Durante el dominio romano la minería conoció un periodo de gran actividad que supuso la explotación de numerosos yacimientos, llegando en algunos casos hasta su agotamiento. En esta nueva entrada viajaremos en el tiempo hasta los siglos I y II de nuestra era, durante la dominación romana, para conocer uno de los yacimientos mineros más importantes que han existido en España.

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Mapa de los principales yacimientos del Imperio Romano a mediados del siglo II d.C (Dosier Lapis Specularis, el cristal de Hispania)

A lo largo de todo el imperio romano existía una gran cantidad de yacimientos minerales de gran importancia. En algunos casos explotaban rocas, a veces extraídas de lugares muy distantes (ver La piedra monumental en Salamanca), pero en otros casos lo que explotaban eran minerales, materiales como el oro, la plata, el cobre, el estaño, el hierro y el verdadero protagonista de esta entrada: el lapis specularis.

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Muestra de una yeso especular (imagen obtenida de wikipedia.org)

En España existió una gran cantidad de yacimientos minerales de diversa naturaleza que fueron explotados por los romanos. A lo largo de toda Hispania encontramos ejemplos de gran importancia, pero de todo ellos hubo dos que destacaron especialmente, tanto por la calidad del material extraído como por la cantidad: las Médulas en León, donde se explotó de forma intensiva las venas auríferas; y la cuenca de Loranca-Huete, en plena meseta hispánica, que proporcionó el lapis specularis. Este material se extraía de minas situadas a 150 km alrededor de la ciudad de Segóbriga (Cuenca), siendo esta ciudad el centro de control económico y de comercialización del llamado espejuelo, lo que contribuyó al enriquecimiento y desarrollo de la urbe.

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Ruinas de la ciudad de Segóbriga, ciudad que se enriqueció gracias a la comercialización del Lapis Specularis (Portalclasico)

El lapis specularis, piedra especular o piedra de espejo, es un material que recibió su nombre debido a su principal característica: su transparencia. Se trata de una variedad de yeso conocida como yeso selenítico que dispone de una estructura laminar, que combinada con el gran tamaño de sus cristales permite obtener placas de exfoliación de grandes dimensiones con gran facilidad de corte. Estas características hicieron que este material se considerara idóneo para su uso a modo de cristal de ventana. Esta utilización del material queda atestiguada tanto por las numerosas fuentes escritas que hacen alusión a él como por su hallazgo en numerosos lugares, como es el caso de la casa de Lucrecio Frontón en Pompeya, donde fue encontrada una importante cantidad de fragmentos que cumplían la función de ventanas de la casa. El lapis specularis no solo permitía disfrutar de luz diurna en las estancias en las que se utilizaba, sino que era muy valorado igualmente por tratarse de un excelente aislante que protegía tanto del calor como del frío. El uso de este material en la vida cotidiana romana supuso un importante aumento en la calidad de vida.

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Vista del atrio y el despacho de la casa de Lucrecio Frontón, en Pompeya, donde se encontró una gran cantidad de fragmentos de yeso especular (latunoicadeneso)

Otro uso destacado del yeso especular era su utilización en carros cubiertos y otros vehículos donde, a la vez que protegía de las inclemencias del tiempo, permitía la observación de todo lo que acontecía en la calle. Además de esta aplicación, algunos autores clásicos destacan su empleo en las termas, así como en invernaderos, sirviendo para producir verduras y frutas fuera de temporada. Por otra parte, este material tenía también una importante aplicación ornamental debido al brillo y resplandor de este mineral. Uno de estos ejemplos fue su uso cubriendo el suelo del Circo Máximo, como reflejan algunos autores.

A pesar de todas sus cualidades, las minas de lapis specularis dejaron de ser explotadas en época romana debido al auge del uso del vidrio. Este material, que no era nuevo, tenía un precio menor y una mayor facilidad de obtención, lo que hizo que el yeso especular se fuera dejando de utilizar pocomo a poco. Y es que el yeso especular se beneficiaba mediante minería subterránea debido a que las planchas útiles de este mineral se localizaban en depósitos bajo tierra y en profundidad, ya que el yeso de superficie o cercano a la misma está degradado o alterado como consecuencia de los agentes atmosféricos. Esto contribuía a que su extracción fuese más costosa que la producción de vidrio y de esa manexa su uso acabó por finalizar.

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Sala principal de la mina de Lapis Specularis «La condenada» en Osa de la vega, cuenca (turismocastillalamancha)

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