La ruta del embalse de las Vencías: un paseo por las Hoces septentrionales del Duratón

En esta nueva entrada, vamos a viajar hasta tierras segovianas para poder conocer la preciosa ruta que transcurre entre las localidades de San Miguel de Bernuy y la villa de Fuentidueña siguiendo el cauce del río Duratón. Este sendero, conocido como la Ruta Embalse de las Vencías, no está señalizado aunque no tiene pérdida, ya que transcurre todo el tiempo próximo al cauce del río y es fácil de seguir. A lo largo de 8 kilómetros y medio recorreremos el maravilloso paraje natural que forman las Hoces septentrionales del río Duratón y disfrutaremos de los impresionantes paisajes que nos dan los cañones fluviales que encajonan el río Durantón (ver El modelado fluvial). Pero además de ello tendremos la oportunidad de disfrutar de multitud de animales que pueblan esta zona, los cuales han aprovechado este entorno único para vivir. En ese sentido cobra especial protagonismo el buitre leonado, ya que las hoces del Duratón son la mayor reserva de España de esta espectacular ave. También podremos deleitarnos con el bellísimo patrimonio monumental ubicado en este entorno, pero antes de adentrarnos en la ruta es necesario dar respuesta a dos preguntas fundamentales: Qué son y cómo se formaron las Hoces del Duratón.

Vistas de las Hoces septentrionales del Duratón, con un buitre leonado al fondo (imagen propia)

En geología una hoz es un accidente formado por ríos que transcurren en terrenos calizos, donde excavan valles estrechos y profundos rodeados por paredes rocosas casi verticales. Las Hoces del Duratón son un encajonamiento fluvial de decenas de metros de profundidad formado principalmente por la acción erosiva del río que le da nombre, aunque para poder comprender mejor la enorme capacidad de erosión del Duratón es necesario tener en cuenta dos factores: el tipo de roca erosionada y la magnitud temporal del proceso. Los materiales erosionados en las hoces del Duratón son calizas y dolomías, rocas carbonatadas relativamente fáciles de erosionar y disolver en agua (como vimos al hablar del Modelado kárstico), que antes de la llegada del río ya habían sufrido procesos kársticos que le facilitaron el trabajo. Y es que en el lecho fluvial ya existían previamente pequeñas cuevas y dolinas cuyo hundimiento facilitó mucho la acción erosiva posterior del río. Pero las hoces no surgen de un día para otro, ya que para llegar al paisaje actual ha sido necesario que el río erosione estas rocas durante lo últimos dos millones de años. Una vez sabido esto, ya se puede dar comienzo a la ruta.

A lo largo del recorrido nos encontraremos con los restos de varias iglesias y ermitas románicas, como es el caso de Las Ermitonas y, en la otra orilla, las ermitas de San Pedro (enfrente) y San Martín (izquierda), que se pueden apreciar en esta fotografía (imagen propia)

La senda que recorre las Hoces del Duratón comienza en el Puente de Piedra de San Miguel de Bernuy, que atraviesa el propio río. Poco después de comenzar la andadura es posible divisar las ruinas de la ermita conocida como Las Ermitonas, visualizándose a la vez en la otra orilla los restos de las ermitas de San Pedro y San Martín, todas ellas ermitas románicas con un estilo propio de los siglos XI-XII que fueron construidas en sillería (muros levantados a base de bloques de piedra labrados y de gran tamaño) y mampostería (muros construido a base de piedras sin labrar y adobe). Los restos de estas ermitas, combinados con los tonos ocres de las calizas y las dolomías, y junto al verde del río, contribuyen a conformar unas vistas esplendidas dignas de contemplación.

Imagen de las Hoces del Río Duratón, con los restos de la iglesia de San Martín enfrente (imagen propia)

Mientras continuamos la senda podremos disfrutar de la compañía de una gran cantidad de aves que harán el camino mucho más interesante y ameno. En especial destacan los buitres que planean sobre el río, pero también podremos ver a otros muchos animales como el alimoche, chova piquirroja y demás avifauna que anida en los cortados. Pasado un tiempo de nuestro inicio llegaremos a un punto de gran valor paisajístico, desde el que podremos disfrutar de las espectaculares vistas del Embalse de las Vencías, donde las aguas del Duratón abandonan las cortantes rocosas para transitar por un espacio abierto que se conoce como La Serranilla.

Imagen de las vistas al Embalse de las Vencías (imagen propia)

Continuando la senda, que discurre a orillas del propio embalse, seguiremos nuestro camino hasta llegar al puente de piedra de la preciosa villa medieval de Fuentidueña. Este pequeño municipio de 142 habitantes, está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por su importante conjunto histórico, que atesora importantes restos arquitectónicos e históricos, cuatro de ellos declarados BIC de forma individual haciendo que aumente aún más el valor patrimonial del lugar. Estos son: los restos del castillo, los vestigios de lo que fue la iglesia de San Martín, la iglesia de San Miguel y los restos del hospital de la Magdalena.

La villa medieval de Fuentidueña es el final de la senda de las Hoces del Duratón y está declarada en su conjunto como Bien de Interés Cultural por su patrimonio histórico y monumental (fuente: segoviaturismo.es)

En Fuentidueña termina la senda de las Hoces del Duratón, una espectacular ruta segoviana en la que se combina un rico patrimonio geológico, que aporta un entorno de gran belleza, con un ecosistema muy rico y un patrimonio histórico y arquitectónico de gran valor. Todos ellos hacen de este recorrido a pie algo único que convierten a las Hoces del Duratón en un destino obligatorio para todo aquel amante de la naturaleza y la cultura.